El 5 de junio de este a?o (2008), uno de mis disc¨ªpulos
me informo por e-mail, que Li Z. L. nuestro maestro tao¨ªsta, entraba
a la inmortalidad (1) ese mismo d¨ªa, lo cual era consistente con mis
expectativas de los hechos, m¨¢s no as¨ª emocionalmente. Como su principal
disc¨ªpulo, la telepat¨ªa siempre estuvo presente entre los dos. Al encontrarme
en el extranjero, no pude estar presente f¨ªsicamente en su funeral y
no tuve otra opci¨®n que coordinar los arreglos por medio de correos
electr¨®nicos.
Durante la primera parte del 2007, regres¨¦ a China continental y le
hice una visita especial a mi maestro tao¨ªsta a quien tanto deb¨ªa. Convencido
del hecho de que no le quedaba mucho tiempo en este mundo, regres¨¦ dos
meses despu¨¦s acompa?¨¢ndolo durante el ¨²ltimo Festival de Primavera
de su vida. Originalmente consider¨¦ hasta cierto punto, que una atenci¨®n
cuidadosa hubiera contribuido a su recuperaci¨®n para poder alargar un
poco m¨¢s su tiempo de vida. Sin embargo, al estar extremadamente decidido
a desaparecer, el maestro Li hacia tiempo ya que me hab¨ªa comunicado
su testamento y hab¨ªa determinado su partida a su destino, dejando de
lado todas las preocupaciones y asuntos seculares.
Mirando retrospectivamente, cuando la causa tao¨ªsta se reanudaba en
los a?os 80, me inici¨¦ en el templo tao¨ªsta Tai Qing Gong del monte
Lao Shan, donde tuve mi primera conversaci¨®n con el maestro Li Z. L.,
quien directamente me imparti¨® sin reservas la f¨®rmula cardinal de la
Alquimia Interior. De ah¨ª en adelante, cada vez que sonde¨¢bamos ese
tema juntos, se expresaba de manera concisa, figurada y de manera profunda,
suscitando una sutil inspiraci¨®n en lo m¨¢s profundo de mi coraz¨®n. Siempre
insisti¨® en presentar sus ense?anzas solo a las mentes adecuadas. En
cierta ocasi¨®n un par de tao¨ªstas seglares llegaron esperando ser ense?ados,
sin embargo me mencion¨® que no armonizaron durante su encuentro.
Al habitar al este del Palacio San Huang con el maestro Wang Z. Z.,
la fuerte humedad, causada por el incesante viento primaveral en el
exterior de su habitaci¨®n, exacerb¨® su artritis. Sabiendo que yo hab¨ªa
aprendido acupuntura con mi abuelo, me pregunto si pod¨ªa aplicarle terapias
de acupuntura en sus piernas. Los subsiguientes periodos de tratamiento
le brindaron una conspicua convalecencia, capacit¨¢ndole una mejor destreza
a sus pies. Mientras tanto, lo que m¨¢s me impresion¨® fue que, a diferencia
de los mortales ordinarios, el flujo de energ¨ªas internas en sus meridianos
se mostraban extraordinariamente vigorosas por la acupuntura.
El maestro Li cumpliendo con la creencias registradas el los textos
tao¨ªstas, cultivaba perfecta modestia y cortes¨ªa de coraz¨®n. Basado
en la etiqueta del Tai Quin Gong, los miembros hacen una reverencia
(2) al encontrarse en el camino. Una mayor deferencia ten¨ªa que expresarse
hacia los mayores como el maestro Li. A pesar de ser suficiente para
su rango hacer una venia con la cabeza, siempre respond¨ªa con gran sinceridad,
y aun trayendo las manos llenas, cuando los de menor rango le hac¨ªan
una reverencia, ¨¦l descargaba lo que trajera en sus manos y la correspond¨ªa
de coraz¨®n. A pesar del proverbio tao¨ªsta sobre que los miembros de
la secta Long Men, a la que todos pertenecemos, no valoran mucho las
posiciones jer¨¢rquicas y los de menor rango se dirigen a sus mayores
como sus pares, el maestro Li practicaba la postraci¨®n en la presencia
de los mayores de la secta Long Men que visitaban, y aun ante los de
otras sectas. Tal singular modestia, humildad y autodisciplina, son
profundamente veneradas y apreciadas por los sobresalientes tao¨ªstas
del ma?ana que realizan su potencial.
Gentil y genial como era, el maestro Li defend¨ªa justamente a tao¨ªstas
de menor rango cuando eran tratados injustamente. Recuerdo una conferencia
en el Tai Qing Gong, el principal en ese momento decidi¨® arbitrariamente
destituir inmediatamente a uno de menor rango. Solamente el maestro
Li abog¨® firmemente en contra del trato injusto a pesar de que no era
uno de sus propios disc¨ªpulos. El joven, quien ahora cuenta con una
posici¨®n en la Asociaci¨®n Tao¨ªsta China, fue restaurado al fin de cuentas
y todo sin tener idea de quien fue su benefactor. Todo este recuento
es muestra de una virtud altamente apreciada del tao¨ªsmo a saber: que
el verdadero beneficio radica en el deseo expreso de anonimato del benefactor.
Despu¨¦s de ser yo transferido a la Asociaci¨®n Tao¨ªsta China en 1989,
lo visit¨¦ anualmente acompa?ado a veces por dos compa?eros. Sin haber
disponibilidad de tel¨¦fono, ¨¦l pod¨ªa siempre prever la visita y hacer
los preparativos oportunos. Quedamos especialmente conmovidos una vez
cuando orden¨® una cena suculenta para nosotros, pero para ¨¦l un simple
plato de tomates fritos y una sopa de vegetales.
Durante d¨¦cadas el maestro Li dej¨® de lado el sue?o y en su lugar, se
entregaba a la pr¨¢ctica toda la noche. Tal estoica perseverante constancia
lo dot¨® del milagroso Bu Dao Dan (3), por ejemplo, el San Wei Zhen Huo
(4) que se produc¨ªa en la palma de sus manos f¨¢cilmente pod¨ªa derretir
una vela en poco tiempo. El maestro Li era una personificaci¨®n del rejuvenecimiento
al conservar su complexi¨®n rozagante y escasas canas. Como nonagenario,
manten¨ªa firmes parpados, escasos estos aun en personas de mediana edad
debido a su inevitable decrepitud. D¨¦cadas de pr¨¢ctica tao¨ªsta lo dotaron
de la percepci¨®n de las preexistencias humanas hasta de siete transmigraciones
previas, sin embargo no ten¨ªa la indiscreci¨®n de mencion¨¢rselo a nadie.
Invitado a dar terapias m¨¦dicas a los necesitados de vez en cuando,
casi siempre lograba incre¨ªbles restauraciones de enfermedades incurables.
Lo que he registrado de nuestras conversaciones sobre fen¨®menos y la
eficacia de su pr¨¢ctica solitaria en monta?as remotas en sus cincuentas,
es material de gran valor.
A solicitud de la Universidad Aut¨®noma de Madrid en 1999, fui ratificado
por la Asociaci¨®n Tao¨ªsta China para ense?ar en el exterior, como tambi¨¦n
por la Oficina de Religiones Nacionales. Informado el maestro Li de
estas inspiradoras noticias, le coment¨® a Cheng Fa, otro de mis disc¨ªpulos,
¡°?Cheng Yang est¨¢ ense?ando en nombre de los antiguos dioses tao¨ªstas!¡±.
Lamentablemente sin embargo, no pude llamarle desde entonces. En 2007,
regres¨¦ con disc¨ªpulos del extranjero por invitaci¨®n de Foro Internacional
de Tao Te Ching, y una vez concluido este, lo visit¨¦ en el templo tao¨ªsta
Tai Ping Gong del monte Lao Shan, donde yo hab¨ªa pasado siete inolvidables
a?os estudiando y practicando tao¨ªsmo con la ayuda del maestro Li desde
que ten¨ªa 18 a?os. Muy contento de verme, me pregunt¨® primero mi edad,
exaltando mi complexi¨®n bien conservada por la Alquimia Interior. Alab¨®
mis logros en Espa?a y me aconsej¨® quedarme hasta el oto?o en la placenteramente
fresca monta?a.
En ese entonces adscrito a la reconstrucci¨®n de Tai Qing Gong, el maestro
Li viv¨ªa el la parte oeste con insuficiente luz del d¨ªa, acumulaci¨®n
de drenaje y un ba?o externo, que conduc¨ªan solo a la humedad y la inconveniencia.
Cheng Fa originalmente planeaba un nuevo domicilio orientado hacia el
norte, con dormitorio, sala, cocina, as¨ª como ba?o interior, cosas estas
indispensables para una persona de edad, pero por falta de consenso
no se llevaba a t¨¦rmino. Al recorrer la instalaciones de Tai Ping Gong
con el Jian Yuan (5) Li, le suger¨ª un pronto acomodo. Deber¨ªan proveerse
apropiadas instalaciones y condiciones de vida para el cada vez m¨¢s
reducido n¨²mero de ancianos que han realizado la Alquimia Interna en
los c¨ªrculos tao¨ªstas nacionales.
Hice planes previos, para viajar en la tercera ma?ana hacia el sur.
Al conocer de mi partida, inesperadamente, el maestro Li no quiso cenar.
A pesar de mi apretada agenda, pude posponer el viaje un d¨ªa m¨¢s y en
la ma?ana de mi partida, despu¨¦s del desayuno, quise charlar con ¨¦l,
sin embargo se abstuvo, permaneciendo en silencio con los ojos cerrados;
finalmente, le promet¨ª volverlo a visitar en unos cuantos meses. Al
llegar al aeropuerto de Xu Zhou, se me asegur¨® en un mensaje de Cheng
Fa, que implementar¨ªan el nuevo domicilio del maestro Li lo m¨¢s pronto
posible. Preocupado por su situaci¨®n al llegar a Espa?a, envi¨¦ varios
correos electr¨®nicos a mi disc¨ªpulo inst¨¢ndole a insistir Cheng Fa sobre
la requerida atenci¨®n de nuestro maestro.
Un par de meses despu¨¦s, cumpl¨ª mi promesa de regresar al monte Lao
Shan de nuevo, para celebrar el A?o Nuevo chino juntos. Informado de
mi llegada con antelaci¨®n, el maestro Li dijo ¡°¨¦l (refiri¨¦ndose a mi
persona) sabe exactamente al respecto¡±, implicando mi percepci¨®n del
poco tiempo que le quedaba. El 2 de febrero de este a?o (2008), cuando
llegu¨¦ junto con mi disc¨ªpulo Xin Ze, not¨¦ sus ojos inundados de l¨¢grimas.
Conversamos profundamente durante esos d¨ªas sobre mis asuntos en el
exterior, su viaje a trav¨¦s de la Alquimia Interna, as¨ª como de sus
asuntos p¨®stumos entre otras cosas.
Las fuertes nevadas helaron el Templo, y a pesar de ello, rehus¨® disfrutar
de la calefacci¨®n y aire acondicionado instalados en su nueva residencia.
Para prolongar su vida compre una amplia variedad de nutrientes en la
ciudad de Qing Dao, sin embargo com¨ªa ¨ªnfimas cantidades de alimento,
mientras persist¨ªa devotamente d¨ªa y noche en su pr¨¢ctica.
El 6 de febrero, v¨ªspera del A?o Nuevo chino, es una antigua costumbre
que todos los miembros del Tai Qing Gong se re¨²nan en el Palacio Hun
Yuan a recitar escrituras tao¨ªstas desde la 11 de la noche. El maestro
Li insisti¨® en asistir, cosa que nos preocup¨®, ya que el g¨¦lido fr¨ªo
que hacia afuera podr¨ªa ser peligroso para cualquier persona de su edad.
A pesar de todo, el maestro Li estaba listo con su atuendo m¨¢s de una
hora antes. Cheng Fa mencion¨® que le tomar¨ªa por lo menos una hora al
maestro Li el llegar al Palacio Hu Yuan. Sin poder convencerlo arrop¨¦
su boca y cuello con un pa?o nuevo, dici¨¦ndole a Cheng Fa que lo acompa?ara
de regreso despu¨¦s de la postraci¨®n. El traslado se interrumpi¨® constantemente.
El fr¨ªo lo dejaba tan sin aliento que solo pod¨ªa dar unos cuantos pasos
a la vez. En el jard¨ªn oeste Xin Ze sugiri¨® llevarlo a cuestas. Al no
estar acostumbrado a ello, el maestro Li prosigui¨® por si mismo como
si nada. Al llegar a la base de una empinada escalera de piedra dijo
que regres¨¢ramos; que escasamente pod¨ªa continuar. Ya nos tranquilizamos
y con cuidado lo regresamos a su morada. A pesar de no haber llegado
lejos, en la larga lucha del intento hizo perfecta gala de su gran perseverancia
y de fidelidad a sus creencias religiosas, cosa que nos lleg¨® a todos
los presentes.
Ya de vuelta, se postr¨® presentando varitas de incienso frente al altar.
Cumplido el ritual en el Palacio Hun Yuan una hora despu¨¦s, el Jian
Yuan Li, en compa?¨ªa de la asamblea tao¨ªsta, se postraron ante el maestro
Li celebrando el A?o Nuevo, y dijo: ¡°?este cuarto est¨¢ lleno de futuros
dioses tao¨ªstas!¡±. Los d¨ªas subsiguientes se vieron colmados de visitantes
de lejanos y cercanos lugares, incluyendo dos lamas llegados desde el
T¨ªbet present¨¢ndole el sagrado Ha Da (6).
Antes de mi partida de regreso a Espa?a despu¨¦s del
A?o Nuevo, le solicit¨¦ a Cheng Fa que se citara con el hijo del maestro
Li, para las cuestiones de su situaci¨®n actual y los arreglos p¨®stumos.
As¨ª pod¨ªa irme tranquilo¡
Alimento un gran orgullo por ser disc¨ªpulo de tal maestro tao¨ªsta de
brillantes logros y trascendente virtud, cuya consumaci¨®n genera inefable
inspiraci¨®n en los futuros sucesores tao¨ªstas por siempre y para siempre.
(1) Inmortalizaci¨®n: Forma tao¨ªsta de morir, al voluntariamente elevar
el propio esp¨ªritu fuera del cuerpo para permanecer eterno como el Tao
en el universo.
(2) Gesto tao¨ªsta con significado sagrado: llevar las manos al pecho
con una mano superpuesta a la otra. En los hombres, la izquierda sobre
la derecha, con el dedo pulgar de las manos tocando la palma de la mano
contraria; las mujeres a la inversa.
(3) Bu Dao Dan: literalmente, Alquimia Interior Insomne, manejada solo
por los realizadores avanzados, quienes practican la Alquimia Interior
toda la noche sin necesidad de dormir; de hecho, es m¨¢s reparadora que
el sue?o.
(4) San Wein Zhen Huo: convergencia de la energ¨ªa f¨ªsica v¨ªa la Alquimia
Interior, capaz de engendrar poderes incre¨ªbles tales como fortaleza
y calor corporal supranormal imposible para la gente ordinaria.
(5) Jian Yuan: funcionario de alto rango en la comunidad tao¨ªsta, similar
al abad en el cristianismo.
(6) Ha Da: pieza de tela blanca rectangular, presentada particularmente
por los tibetanos para denotar respeto reverente o c¨¢lida bienvenida.